domingo, 20 de diciembre de 2009

2009 Chin Chin 2010



En estos días escuchamos a menudo la famosa frase: ¡Que rápido pasó este año! El año no pasa rápido, lo más probable es que sea rápido. De todas maneras el tiempo es una ilusión y las horas, los días, los meses y los años existen para ordenarnos.

Este año, en lugar de hacer los típicos balances que enumeran lo que hicimos, lo que no hicimos, lo que nos propusimos y no logramos, en lugar de hacer una extensa lista para el 2010 con lo que desearía que ocurriese, pensé en sólo preguntarme si Soy Feliz.
Despues de todo, por más balance que hagamos, si no respondemos a esto, será inútil todo lo que pensemos hacer en adelante.

Mi respuesta ya la conocen, y es motivo más que placentero para levantar la copa y recibir el nuevo año con esa dicha.

Les deseo a todos que cuando levanten sus copas puedan sentir lo mismo. Y si no es así, es un buen deseo que podemos pedir y empezar a transformar el 2010 de cada uno.

Chin Chin ... ¡FELICIDADES!


jueves, 10 de diciembre de 2009

martes, 1 de diciembre de 2009

El Destino

Sinopsis del film SERENDIPITY: Invierno de 1990. En medio de la movida de las compras navideñas, dos desconocidos empiezan a charlar para evadirse de los problemas que tienen con sus respectivas parejas. Se llaman Jonathan (John Cusack) y Sara (Kate Beckinsale), pero deciden no revelarse sus nombres para que todo sea más interesante.

Cuando la cita está a punto de llegar a su fin, Jonathan propone intercambiar sus números de teléfono, porque está claro que se atraen el uno al otro. Pero Sara propone una prueba más dura para saber si realmente se atraen: no hacer nada. Si están predestinados, volverán a encontrarse en el futuro.

¿Hay algo llamado destino en el amor?
¿Esa única persona que está esperando ahí por nosotros? ¿O hay muchas, una para cada momento de la vida?


lunes, 23 de noviembre de 2009

El consumo de la utopía romántica

El libro ¨El consumo de la utopía romántica¨es un estudio sociológico sobre el amor y el matrimonio en nuestros díficiles e incrédulos tiempos actuales. Fue realizado en 1992 y recién ahora se publica en la Argentina. La autora Eva Illouz nos habla de un amor en el capitalismo del primer Clinton, teniendo como modelo urbano al yuppie y, lo que es más importante, sin contar con el impacto avasallador de la web.

Se hace las preguntas correctas y las responde con creatividad:

¿Por qué prevalece más la imagen de una pareja caminando de la mano por la playa que la de un hombre y una mujer mirando televisión tranquilos?
¿Por qué la mayoría de la gente recuerda mejor los amoríos breves e intensos que las relaciones paulatinas?
¿Por qué se asocia más la idea de intimidad y romance con una conversación larga que con una salida juntos?
¿Hasta qué punto nuestros momentos románticos están determinados por la representación del amor en el cine y en la televisión?
¿En qué medida un paseo bajo la luz de la luna es un momento de romance perfecto o simplemente una simulación de lo ideal visto una y otra vez en las pantallas?


La autora demuestra que es posible estudiar al amor desde la sociología de la cultura. Lo toma como un caso ejemplar para analizar las reglas del capitalismo, su relación con el consumo, la producción y la utopía.

Aunque el amor es irracional, gratuito y privado y se escapa de las cataegorías de racionalidad, lucro, utilitarismo y publicidad propias del capitalismo, es un elemento central, incuestionable y paradójico de nuestra cultura.

Pero ... ¿de qué tipo de amor habla?. Eva caracteriza la relación de citas, expectativas y sueños entre un hombre y una mujer en vista de formar una pareja.
Sí, el amor romántico es, al parecer, tan heterosexual como el de cualquier comedia romántica

Vale la pena hacer el ejercicio de responder las preguntas que formula y pensar que otras imágenes del amor consumimos.

martes, 10 de noviembre de 2009

El hombre promedio busca amor

Más de 50 mil varones contestaron una encuesta en Internet que los revela mucho más sensibles y enamoradizos de lo que se suele pensar.

50 mil hombres hablando de amor, sexo y otras cosas. Y nos interesa la parte del amor y el sexo. Todos y cada uno de ellos, señores británicos, australianos, norteamericanos y canadienses, respondieron el
Great Male Survey 2009 del sitio AskMen. Y los resultados son sorprendentes: parece que todo lo que es old fashion, a la renovada luz de nuestros días, vuelve a estar de moda.

Dos grandes conclusiones: en términos de relaciones, ellos emprenden un regreso hacia el romance. Esa fue la primera. Y la segunda es un clásico de todos los tiempos: se quejan de que sus mujeres no les dan suficiente sexo.

Empecemos por destrozar algunos mitos. ¿Se asustan los hombres ante la posibilidad de salir con una mujer que gana más que ellos? Se solía pensar que sí, pero el 85 por ciento de los consultados aseguró que no.
Otro: no sólo las mujeres se enfrentan a una situación complicada a la hora de decir o no la verdad acerca de con cuántos hombres se acostaron. El 51 por ciento de los muchachos también mintió alguna vez la cifra de señoritas que pasaron por sus camas.


Esto es interesante: el 60 por ciento no tendría problemas en tomar un anticonceptivo (equivalente a la píldora femenina) si existiera la posibilidad. Y más de la mitad admitió que si pudiera, haría más grande su pene...

Y los datos más esperados y divertidos: el 81 por ciento dice que le pone pilas a la dimensión romántica en una relación. El 84 por ciento busca una potencial mujer "matrimoniable" cuando empieza a salir con alguien. El 70 por ciento dice que no engañaría a su mujer, pero el 13 admite que no está del todo satisfecho con su vida sexual. Con todo, el 60 por ciento no le cuenta sus fantasías sexuales a su pareja (esto no esta bueno!!! a charlar y divertirse mas!!!)

Dicen que los números no mienten...


domingo, 1 de noviembre de 2009

El veraz emocional








Si una persona es estafada económicamente bien puede acudir a la justicia. Puede solicitar la inhabilitación, la quiebra, o la cárcel para el estafador, quien deberá responder con sus bienes o su libertad para compensar a la víctima por el daño causado.

Sin embargo, cuando la estafa no involucra bienes concretos, el único tribunal disponible es un balde de helado y la oreja de una amiga. No existe compensación para el dolor causado por una estafa al corazón.
La única forma de prevenir estos incidentes es abrir de forma inmediata el primer banco de datos amorosos del país, una base de consulta permanente con informes que reflejen el grado de cumplimiento y honestidad de los compromisos románticos y el comportamiento general de la persona en materia sentimental. Estos documentos serían de gran importancia a la hora de aventurarse en una relación que podrá, en el mejor de los casos, hacernos parcialmente felices, y en el peor, arruinarnos la vida.

Ante todo, el informe debe incluir el estado sentimental actualizado de la persona, incluyendo edad, nombre completo, estado civil e hijos, si los tuviera. También debe haber un inventario cronológico de noviazgos, aventuras, affairs secretos, romances de verano, matrimonios, divorcios, convivencias y compromisos.
(No se aceptarán estados civiles mixtos o indefinidos, a saber: divorcios bajo el mismo techo, relaciones prontas a caducar, matrimonios simulados o prolongaciones conyugales por apariencias).
En esta sección deben estar asentadas todas las relaciones no caratuladas cuya duración haya excedido los tres meses, y en cada caso debe constar, de forma clara y comprobable, quién dejo a quien y bajo qué circunstancia. El descenlace debe estar detallado de forma eficaz y sobria, pero sin ahorrar detalles relevantes: debe constar si fue sorpresivo, si lo hicieron por teléfono, si hubo un tercero involucrado o fue de común acuerdo. Si existieran atenuantes, también deben estar detallados: subidas de peso escandalosas, infidelidades, cambios bruscos de personalización, mediocrización exagerada.

(Se caratulará como “relación seria” todo aquel vínculo que se extienda más allá del mes o que exceda las diez citas, o que –aún no cumpliendo este requisito- presente evidencia contundente de intercambio sentimental profundo, a saber: visitas a parientes políticos, frecuencia de llamados superior a cinco semanales, intercambio de regalos personales –exceptuando cosmética, textil, flores, dulces o entradas a eventos-)

En la tercera y última sección deben figurar las faltas sentimentales graves comprendidas de los dieciocho y setenta y cinco años de edad, a saber: ser infiel, jurar amor en vano, crear falsas expectativas amorosas, evasión del compromiso sentimental/marital/de convivencia, confusión y demanda de “un tiempo”. (Toda persona menor a 18 años o mayor a 75 se considera inimputable en el área sentimental).
Dentro de los servicios premium, se debería ofrecer también el “certified sex feedback”, que consiste en un efectivo sistema de callbacks al azar realizados por la empresa para testimoniar el desempeño sexual de la persona en cuestión. Sería imprescindible que el investigado pueda certificar la autenticidad de esa opinión configurando en su perfil una clave de seguridad o pregunta personal que involucre la descripción de alguna marca personal en el cuerpo (lunares, cicatrices y otras particularidades).

También se podría acceder al servicio “Alerta Veraz” y recibir en su casilla de mail todas las actualizaciones de los perfiles románticos de tu interés y saber –antes que las demás- si un hombre está disponible luego de haber cortado con la novia, si nos están engañando con otra o si ese bendito divorcio nunca comenzó.

Aquellos que incurrieran en una falta grave serían inhabilitados por 5 años para fundar lazos amorosos. Quienes decidieran encarar una relación con una persona que haya incumplido sus compromisos románticos en reiteradas ocasiones pueden hacerlo bajo su absoluta responsabilidad, quedando sus amigos y familiares libres de todo compromiso de contención y padecimiento si posteriormente hubiera incidentes.

martes, 27 de octubre de 2009

El sindrome del hombre objeto

Una fábula muy antigua -y algo remanida, a esta altura- cuenta que, en un edificio de cinco pisos, se vendían maridos. El primer piso tenía un cartel que decía “aquí hay maridos trabajadores”. Todas las mujeres subían al segundo piso inmediatamente, para encontrar un cartel que indicaba que se vendía “maridos trabajadores y guapos”. Excitadas con la perspectiva, todas corrían al tercer piso, donde el cartel prometía “maridos trabajadores, guapos y buenos en la cama”. Obviamente, todas subían al cuarto piso, donde el cartel promocionaba “maridos trabajadores, guapos, buenos en la cama y que ayudan con las tareas del hogar”.


El quinto piso estaba vacío.


Un cartel dictaminaba: “aquí no hay maridos… este piso sólo fue construído para demostrar que, a las mujeres, no hay poronga que les venga bien”.


Pero cuenta también esta fábula que, al otro lado de la calle, un edificio exactamente igual vendía esposas. El cartel del primer piso decía: “aquí hay esposas a las que les gusta el sexo”. El del segundo piso decía: “aquí hay esposas a las que les gusta el sexo y no rompen las pelotas”.


Nadie supo jamás qué había en los tres pisos restantes.


Históricamente, el “objeto sexual” ha sido siempre la mujer. La que es “usada”, como si fuera una cosa, para satisfacer los deseos, “los más sublimes y los más perversos”, como diría el Rey Enrique VI, siempre fue la dama.


Sin embargo, los tiempos han cambiado y las chicas modernas hablan de tener “chongos”, “amigos con privilegios” y toda clase de partenaires para exclusivo uso carnal y sin compromiso de compra. Ahora el objeto sexual son los hombres.


Como decían las Viuda e Hijas de Rocke Enroll, un hombre hoy diría “sólo nos quieren para eso”.


Desde los tiempos mas remotos y declarado por ellos, los machos de las especie siempre buscan, básicamene, dos cosas en una compañera: mucho sexo y pocas pretensiones.


La mujer que, entonces, siguiendo esta nueva tendencia, toma al macho por mero objeto sexual, no hace más que cumplir una de las fantasías más ancestrales del imaginario masculino.


Por eso, acá va la pregunta “¿Qué le pasa al caballero cuando se ve convertido en un mero instrumento de placer?”,